NUESTRA FILOSOFÍA
Nuestra filosofía está basada en el carisma Vicentino. Gracias a la obra y al amor de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Desde nuestra forma de educación, seguimos egresando a jóvenes con sentido de solidaridad y trascendencia.
HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL
¿Quiénes somos?
Somos Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, seguimos y amamos a Jesucristo, construyendo cada día la fraternidad, alegres de servirlo en la persona de los pobres en actitud siempre disponible con humildad, sencillez y caridad.
¿Qué hacemos?
Servir a los pobres en: Hospitales, asilos, escuelas, hogares para niños, misión en zonas indígenas y campesinas, albergues para enfermos crónicos, etc. Promoción de la mujer y acompañamiento a jóvenes
¿Dónde estamos?
Estamos en los cinco continentes: Europa, Asia, América, África, Oceanía. En México: Creel, Chihuahua, Sierra de Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Reinosa, Guadalajara, Aguascalientes, Chiapas, Mérida, Yucatán y en Belice.
¿Quiénes fueron San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac?
San Vicente de Paul fue fundador junto con Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad. Nació el 24 de abril de 1581 al suroeste de Francia. Vicente de Paúl descubrió que la ignorancia, la falta de educación y de cultura está en la raíz de la pobreza y de la marginación.
San Vicente fue un gran educador, autor y organizador de un gran plan de evangelización de los pobres, que por su puesto, incluía la educación, trabajó para crear pequeñas escuelas, y despertó, preparó y animó a personas y grupos, para la creación y funcionamiento de estas escuelas para los más necesitados. Murió en París el 27 de septiembre de 1660. Fue canonizado en 1737 y nombrado patrón de las obras de caridad en 1885.
Santa Luisa de Marillac, nació el 12 de Agosto de 1591, fue una notable educadora y catequista, revelándose como una mujer emprendedora, organizadora, creativa, pedagoga y formadora de nuevas educadoras, en un tiempo muy difícil para las mujeres.
Luisa orientó, organizó y acompañó el funcionamiento de pequeñas escuelas, sobre todo en el campo. Trabajó intensamente en la formación de las Hijas de la Caridad y constantemente las invitaba a educar con amor a lo más necesitados. Luisa no inventó la caridad sino que la descubrió en el seno de la iglesia sirviendo a los pobres. Murió en París el 15 de Marzo de 1660. Es canonizada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1934, y Juan XXIII, la proclama patrona de quienes se entregan a la acción social cristiana. Hoy su obra sigue presente en nosotros porque ella decidió imprimir su huella en nuestros corazones.